sábado, octubre 14, 2006

Fidel Castro y Ali Jamenei -Segunda Parte-

Esta interacción de ideas, afectó a la tradición revolucionaria de dos maneras: Dialéctica y simbióticamente. Hoy vemos como el léma de Mercier se agudiza, en especial, con los intentos de identificar a Derechas e Izquierdas, como operando a partir de un origen común. Se percibe por lo siguiente. Existe en el nivel utópico, una ciencia final, donde la "sociedad perfecta", solo puede concebirse en un "país universal". Es universalista y ateista. Contituye la idea fuenta de un estudiante de Dijon, llamado Theodore Dezamy. En su ensayo de 1839, escrito para la Academia Francesa, Dezamy a los 18 años de edad, envia una tésis orientada a describir el fracaso de la moralidad práctica iluminista. La educación de élite debe ser abolida. Tiene que ser,masiva-comunal-igualitaria-harmoniosa-industrial y agrocultural. Desarrolla antes que Marx e independientemente de los alemanes, la noción de sociedad perfecta. En cierta forma, las comunas hippies de los años 1960s, le deben algo a Dezamy, la segunda mayor figura en el nacimiento del comunismo.
El signo rodante apuntando hacia el futuro, es una áspera ideografia, un lenguaje en confección. Por ello, los revolucionarios, utilizaron palabras simples como llaves para sus slogans claves. El lema del Soviet en la revolución de 1917 era "Pan, Paz y Trabajo". Afiches con esas palabras se colocaron por todo Moscú durante las jornadas revolucionarias, incluso en los muros del Kremlin

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